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Dormity.com

    Hay estafas y estafas, pero las de Dormity entran en la categoría de pesadilla. No sólo te quitan el sueño sino que el poco tiempo que consigues dormir sobre un colchón que no tiene nada que ver con el que pruebas en la tienda, es un sueño alterado por dolores varios (espalda, caderas, etc). Y cuando te despiertas por la mañana, se añade la horripilante experiencia de tener que vértelas con el servicio de “inatención al cliente”, formado por expertos en manipulación emocional que intentan buscar cualquier excusa para justificar tu mala experiencia con el colchón que has comprado, “es que estás muy delgado (o gordo)” es que tal, es que cual. Se quedan tan tranquilos con el maltrato económico y emocional al cliente y siendo cómplices de una estafa. Has de enseñar los dientes para que te tomen un poco en serio. En mi caso compré un colchón en 2022, no digo el modelo porque estoy convencida de que ni siquiera depende de eso, además de que he visto que al hacer un cambio por otro seguimos en las mismas…colchón que se hunde, que no tiene las características descritas por el fabricante y que te hace doler partes del cuerpo que jamás te habían molestado. Básicamente, en problema, es que los colchones expuestos en la tienda tienen muy poco o nada que ver con los que se entregan al cliente. La viscoelástica con memoria del colchón que te entregan no se comporta como tal, y la espuma es de mucho peor calidad que la de cualquier hotel barato. Una ves estafado te das cuenta del porqué de la extraña forma de las ondulaciones de superficie de estos colchones, para dificultar que adviertas como se van hundiendo al poco de estrenarlos. Quizá todo esto tenga que ver con que el dueño de la empresa es un señor ahogado por las muchas deudas en los últimos años e intenta sobrevivir a su empresa dando gato por liebre. Deseo que el karma le golpee de vuelta a él y sus empleados-cómplices

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